Reyes y miembros de la alta nobleza supieron desarrollar una cultura política en la que se rodeaban de imágenes y símbolos que ponían de relieve sus estatus de privilegio y su papel preeminente en el marco de la sociedad. La necesidad de evidenciarlo dio lugar al desarrollo de uns recursos e instrumentos de propaganda en los que, a menudo, la realidad dejaba paso a ciertos contenidos rayanos en la utopía, en ambos casos con la intencionalidad de hacer ostentación de su poder. Así surgieron una serie de dignidades, honores y órdenes caballerescas, principescas y nobiliarias, creadas por todos los soberanos europeos con el objetivo de reforzar pactos en la política exterior, y, al mismo tiempo, para cohesionar en su entorno a una alta nobleza deseosa de promocionarse.
En ese contexto nació en Brujas, en el siglo XV, por decisión del duque de Borgoña, la orden del Toisón de Oro, una de las más insignes nacidas desde el centro de poder junto con la orden de la Jarretera fundada en 1348.
Con claros fines propagandísticos, la orden del Toisón de Oro hace exhibición de todo un conjunto de valores cortesanos compartidos por nobleza y monarquía, impulsar los planes del ducado de política interior y exterior europea, y, además, desarrolla una política mediterránea,tratando de encauzar los afanes caballerescos contra los infieles. Todo ello inmerso en un panorama de simbolismo y mensajes polivalentes, en una orden con sentido dinástico, que era, al mismo tiempo, cofradía caballeresca y asociación altonobiliaria de sentido exclusivo y excluyente. Una orden que, por otra parte, desde esas lejanas tierras, alcanzó una importante proyección en el ámbito hispánico desde sus comienzos. Por eso, aunque la historiografía sobre este tema presenta sobre todo una orientación belga-borgoñona, es conveniente recordar que los vínculos hispanicos con la orden del Toisñon de Oro cmenzaron desde el mismo siglo XV, de la manos de los reyes de la Corona de Aragón, aunque la consolidación se lograría más tarde, por circunstancias dinásticas, extendiéndose a los otros reinos, donde monarcas y grandes nobles compartieron los honores del collar del Toisón.
Mientras eso sucedía en le leja no ducado de Borgoña, en el ámbito hispano se iba desarrollando un proceso de engrandecimiento de la clase nobiliaria, aupada sobre sus grandes estado señoriales y fortaleciendo su prestigio con sus títulos nobiliarios. Es el otoño de la Edad Media, cuando cuajó el proceso de definición y caracterización de los señores de título, engrandecidos, y se sentaron las bases de la constitución de un estatuto de la grandeza, el ambiente estaba preparado para la implantación de esta orden que, inspirada en una atractiva utopía, contribuía a incrementar el caudal de honor asumido y ostentado por los grandes del reino.
El primer patrono de la orden fue el héroe Jasón, quien según la leyenda medieval, viajó con los Argonautas hasta la Cólquide, tierra situada en Oriente, actual Georgia, donde capturó el Vellocino de Oro gracias a la ayuda de la sacerdotisa Medea, hija del rey Eetes de la Cólquide. de este modo el Toisón que pendía del collar de la nueva Orden se convirtió en el símbolo de Jerusalén, Ciudad Santa situada en Oriente y que debía ser reconquistada por el Duque y sus caballeros mediante una Cruzada para devolverla al seno de la Iglesia de Roma.
Pero Jasón era un pagano de discutible conducta, ladrón, por robar el Vellocino de Oro y perjuro al repudiar a Medea para casarse con Creúsa, hija del rey Creonte de Corinto. Por lo que era necesario buscar un héroe vinculado con la tradición cristiana. Durante el primer capítulo de la Orden, celebrado en Lille en 1431, el obispo Nevers Jean Germain, canciller del Toisón de Oro, recordó a los presentes la historia de la incredulidad de Gedeón que figuraba en el Antiguo Testamento, mediante dos pruebas nocturnas el Vellocino de Gedeón vaticinó la victoria del Pueblo de Dios sobre los Madianitas. Del mismo modo, al incorporarse a la emblemática de la Orden flamenco-borgoñona, el Toisón de Oro presagiaba la futura victoria del Duque sobre el Islam.
Pero Jasón era un pagano de discutible conducta, ladrón, por robar el Vellocino de Oro y perjuro al repudiar a Medea para casarse con Creúsa, hija del rey Creonte de Corinto. Por lo que era necesario buscar un héroe vinculado con la tradición cristiana. Durante el primer capítulo de la Orden, celebrado en Lille en 1431, el obispo Nevers Jean Germain, canciller del Toisón de Oro, recordó a los presentes la historia de la incredulidad de Gedeón que figuraba en el Antiguo Testamento, mediante dos pruebas nocturnas el Vellocino de Gedeón vaticinó la victoria del Pueblo de Dios sobre los Madianitas. Del mismo modo, al incorporarse a la emblemática de la Orden flamenco-borgoñona, el Toisón de Oro presagiaba la futura victoria del Duque sobre el Islam.
Bibliografía.
M. Pastoureau, Grand armorial équestre de la Tosion d´aure.
C. Van den Bergen-Pantens, El Rey de Armas Toisón de Oro en escena y entre bastidores.
M.T. Caron, la noblese dans le duché de Bourgogne à la fin du Moyen-Âge.
Martín Alvira Cabrer y Jorge Díaz Ibáñez (coords) Medievo Utópico, sueños, ideales y utopías en el imaginario medieval.