lunes, 13 de junio de 2011

LA QUERELLA ADOPCIONISTA COMO CONTESTACIÓN PERIFERICA EL CENTRALISMO


Entre los años 792-799 el obispo de Urgel, Félix, protagoniza una de las disputas de mayor importancia y transcendencia teológica, cultural y política de su tiempo, que afectó no solamente la ciudad y el obispado de Urgel, sino que tuvo resonancia y consecuencias en todo el país, y motivó la actividad, en Europa, de la corte y del mismísimo Emperador, Carlomagno.
Félix de Urgel proclamaba una doctrina cristológica que, rehusada por Alcuino de York y los teólogos de la corte imperial, fue finalmente condenada por Roma y por los concilios carolingios, convocados ex proceso para obtener la retractación de las formulaciones doctrinales de Félix de Urgel.
El año 799, el concilio de Aquisgrán, consiguió que Félix proclamara su confesión de fe y que rechazara las doctrinas que había defendido.
Las cuestiones doctrinales discutidas eran difíciles de interpretar y de concretarse en una formulación teológica precisa. No es de extrañar que todo aquel asunto originara largas y apasionadas discusiones y que motivara diversas asambleas conciliares, las cuales acabaron condenando la doctrina que defendía Félix de Urgel.
Las consecuencias posteriores ,a aquello que se pensó como una controversia teológica, derivaron después en el campo cultural y político. Se rompió con la tradición visigoda y se instauró una nueva cultura, la carolingia, Carlomagno conquistará Barcelona en la primavera del 801 creando la Marca Hispánica.
La querella adopcionista propiamente dicha se centra en la humanidad de Cristo, elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte.
Había al menos dos concepciones más o menos similares (no necesariamente excluyentes la una de la otra) de las cuales puede emanar esta idea:
  • En el pensamiento judío, el mesías es un ser humano elegido por Dios para llevar a cabo su obra espectacular: tomar a los hebreos (un pueblo hasta entonces derrotado una y mil veces por enemigos demasiado poderosos) y elevarlos sobre todas las naciones en una espectacular inversión de la historia. En este sentido, el mesías no es Hijo de Dios
  • En la tradición griega existían héroes elevados a la condición divina después de extraordinarias proezas o hazañas, por medio de la apoteosis. El más importante ejemplo de esto es Heracles, que después de haber sido quemado en una pira es tomado por su padre Zeus para gobernar a su lado. Debido al predominio del Imperio Romano, cuya orientación cultural era predominantemente griega, en la época de los primeros cristianos es altamente probable que este ejemplo estuviera a su alcance, a la manera de una historia popular.
Al mismo tiempo, el adopcionismo era psicológicamente interesante para los primeros cristianos, y era fácil identificarse con un héroe como Jesús, un ser humano como cualquiera que es elegido ("adoptado") por Dios, y que en consecuencia daba esperanzas de salvación a los propios cristianos, tan humildes ante Dios como su héroe máximo.
Uno de los adopcionistas más famosos fue Teódoto el Curtidor, habitante de Bizancio que llevó la prédica de esta doctrina a Roma en el año 190.
Con el paso del tiempo, a medida que el cristianismo prendió en las capas superiores del Imperio romano, fue imponiéndose como doctrina el encarnacionismo, según la cual Jesús desde siempre había sido Hijo de Dios (concretamente la Segunda Persona de Dios). El adopcionismo fue progresivamente arrinconado, a pesar de que teológicamente el encarnacionismo plantea una serie de dificultades que el adopcionismo no (la mayor de ella: reconocer la existencia de varias personas divinas, y al mismo tiempo profesar el monoteísmo). A lo largo de las llamadas disputas cristológicas, el adopcionismo volvería a ser resucitado, en una versión más refinada, por Pablo de Samosata (en el Siglo III), y por su discípulo Arrio. También fue adopcionista el obispo Fotino de Sirmio, depuesto el año 351 por el Sínodo de Sirmio.
El arrianismo, en efecto, se transformaría en la herejía más atosigadora que debería afrontar la joven Iglesia en sus primeros años. Finalmente, después de la formulación del credo en los Concilios de Nicea (325) y Calcedonia (381), el adopcionismo fue finalmente abandonado.
El adopcionismo aparece en la Península Ibérica con Elipando, obispo de Toledo, y Félix de Urgel. El monje español Beato de Liébana, junto con el obispo Eterio de Osma y el Reino de Asturias, combatieron el adopcionismo (considerado herejía),defendido por Elipando. Fue condenado en el segundo concilio ecuménico de Nicea (en 787). En los años 794 y 799, los papas Adriano I y León III condenaron el adopcionismo como herejía en los sínodos de Fráncfort y Roma, respectivamente.
El contexto político en el que aparece el adopcionismo es a la vez causa y efecto de la resurrección de esta herejía. Hay que recordar que la Península se encuentra ocupada por los árabes desde el 711 y que la capital del reino visigodo, Toledo, vivió revueltas contra el emirato de Córdoba en el 797, 800 y 807 según Claudio Sánchez-Albornoz.
Elipando recupera una doctrina que permite la existencia de la iglesia cristiana mozárabe ya que la concepción de la trinidad era inasumible para el pueblo árabe al considerarla una forma de politeísmo.
La importancia de esta herejía radica en el hecho de que es la primera vez que el Imperio Carolingio se fija en los territorios del sur tras la derrota de Roncesvalles el 778, Carlomagno está dispuesto a aplastar la posible alianza entre los pueblos hispánico y árabe por medio de un acercamiento religioso y utiliza todo su poder cultural y militar contra los instigadores de la herejía.
Elipando es protegido por Córdoba pero Félix ve como su obispado es ocupado militarmente y él es forzado a visitar Fráncfort y finalmente Roma para retractarse de sus teorías para finalmente morir en cautiverio en Lyon.
La poderosa respuesta carolingia debe verse como un método de defensa frente a lo que se podría establecer como un germen de conflictos en la frontera sur del Imperio. La respuesta cultural dada por Alcuíno es una forma de legitimar la ocupación del territorio muy al estilo de la guerra preventiva utilizada por los EEUU para atacar a Irak y Afganistán y representa el primer encontronazo entre el mundo occidental con el mundo árabe y culminará con la reconquista en el siglo XV.

Bibliografía.
Feliu d´Urgell, bases per al seu estudi. Josep Perarnau
Jornades internacional d´estudi sobre el bisbe Feliu d´Urgell, Josep Perarnau  
Europa, las claves de su historia. (RBA, 2010)  José Enrique Ruiz-Domènec

6 comentarios:

  1. No me diga que el poderoso Carlomagno impuso incluso su criterio en ese asunto y por sus propios intereses! O sea que si no fuera por él, hoy en día la cristiandad podría ser adopcionista.

    Un tema muy interesante el que nos ha acercado hoy, monsieur. Muchas gracias.

    Feliz comienzo de semana

    Bisous

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  2. Muchas gracias por su comentario Madame me alegro de que le haya gustado.
    Carlomagno aprovechó el contexto político para anexionarse nuevos territorios que protegieran la frontera sur del Imperio y la controversia Adopcionista fué una excusa para legitimarlo.
    No creo que la Península hubiera acabado siendo de mayoría herética pero era un foco peligroso ya que estas teorias acercaban a los mozárabes con los invasores andalusis y Carlomagno se enfrentaba a una posible alianza que amenazase a los condados del sur de Francia.

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  3. Has llegit la novel·la L’any dels francs, d'Albert Villaró (Premi Néstor Luján de novel·la històrica)?
    No és cap meravella, però tracta el tema.

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  4. No, no l´he llegida però ho faré.Només per veure com tracta el tema. Jo vaig fer el treball de fí de carrera sobre aquesta heretgia. Potser l´ha llegit ell

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  5. No crec que l'autor s'hagi documentat gaire. No és pas un llibre de teologia. Només una novel·la històrica.
    De fet, ni tan sols esmenta el moment en el que els catalans (els saquejadors catalans, per a ser justos) prenen possessió de la Mar Ocèana.

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